domingo, 29 de octubre de 2017
domingo, 22 de octubre de 2017
Introducción
Los sueños generados al dormir se pueden presentar como una realidad alternativa en la cual se experimentan ciertos pensamientos, sentimientos y emociones. Se originan a partir de un procedimiento de la mente no programado ni dirigido que se basa en la reelaboración de distintos datos que se almacenan en la memoria.
Los sueños, algunas veces pueden resultar incoherentes, aunque están impulsados por información alojada en el inconsciente de cada persona que, durante el estado de vigilia, es reprimida.
Dentro de los sueños existen varias fases, estas son cinco que sería la fase 1, fase 2, fase 3, fase 4, y la fase de sueño REM (rapid eye movement) por sus siglas en inglés, en español “movimiento rápido de ojos” . Todas estas fases juntas forman un ciclo de alrededor de 90 a 110 minutos, una vez terminada la fase de REM se puede decir que se tiene un ciclo de sueño completo, después de este tiempo el ciclo vuelve a iniciar.
Etapa 1: es el sueño liviano cuando se entra y sale del sueño y se puede despertar fácilmente. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece. Durante esta etapa, muchas personas experimentan contracciones musculares repentinas precedidas de una sensación de estar cayendo.
Etapa 2: el movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas con sólo un estallido ocasional de ondas cerebrales rápidas.
Etapa 3: ondas cerebrales extremadamente lentas llamadas ondas delta se intercalan con ondas más pequeñas, más rápidas.
Etapa 4: el cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Las etapas 3 y 4 son referidas como sueño profundo, y es muy difícil despertar a alguien de ellas. En el sueño profundo, no hay movimiento ocular o actividad muscular. Es cuando algunos niños experimentan mojar la cama, caminar dormidos o terrores nocturnos.
En la fase REM, la respiración se hace más rápida, irregular y superficial, los ojos se agitan rápidamente y los músculos de los miembros se paralizan temporalmente. Las ondas cerebrales durante esta etapa aumentan a niveles experimentados cuando una persona está despierta. También, el ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube. Es el tiempo en que ocurren la mayoría de los sueños, y, si es despertada durante el sueño REM, una persona puede recordar los sueños.
Los sueños, algunas veces pueden resultar incoherentes, aunque están impulsados por información alojada en el inconsciente de cada persona que, durante el estado de vigilia, es reprimida.
Dentro de los sueños existen varias fases, estas son cinco que sería la fase 1, fase 2, fase 3, fase 4, y la fase de sueño REM (rapid eye movement) por sus siglas en inglés, en español “movimiento rápido de ojos” . Todas estas fases juntas forman un ciclo de alrededor de 90 a 110 minutos, una vez terminada la fase de REM se puede decir que se tiene un ciclo de sueño completo, después de este tiempo el ciclo vuelve a iniciar.
Etapa 1: es el sueño liviano cuando se entra y sale del sueño y se puede despertar fácilmente. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece. Durante esta etapa, muchas personas experimentan contracciones musculares repentinas precedidas de una sensación de estar cayendo.
Etapa 2: el movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas con sólo un estallido ocasional de ondas cerebrales rápidas.
Etapa 3: ondas cerebrales extremadamente lentas llamadas ondas delta se intercalan con ondas más pequeñas, más rápidas.
Etapa 4: el cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Las etapas 3 y 4 son referidas como sueño profundo, y es muy difícil despertar a alguien de ellas. En el sueño profundo, no hay movimiento ocular o actividad muscular. Es cuando algunos niños experimentan mojar la cama, caminar dormidos o terrores nocturnos.
En la fase REM, la respiración se hace más rápida, irregular y superficial, los ojos se agitan rápidamente y los músculos de los miembros se paralizan temporalmente. Las ondas cerebrales durante esta etapa aumentan a niveles experimentados cuando una persona está despierta. También, el ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube. Es el tiempo en que ocurren la mayoría de los sueños, y, si es despertada durante el sueño REM, una persona puede recordar los sueños.
lunes, 16 de octubre de 2017
Contenido
Los seres humanos nos pasamos
una parte importante de nuestras vidas durmiendo. Este tiempo de “descanso” es
necesario para poder tener energía y realizar actividades a lo largo del día. A
pesar de que el sueño es uno de los comportamientos más básicos conocidos, pues
está presente en prácticamente todos los animales estudiados (aunque de
diferente forma), la razón última del sueño continúa siendo uno de los mayores
misterios de la biología.
Se han propuesto numerosas
teorías sobre las funciones del sueño, posiblemente tantas como investigadores
que lo estudian, aunque ninguna de ellas ha acumulado suficientes evidencias
como para ser aceptada universalmente. Algunos científicos proponen que la
función del sueño es ahorrar energía, otros que el sueño sirve para formar
sustancias necesarias que serán utilizadas durante la vigilia, o para eliminar
conexiones innecesarias entre neuronas.
Algunos investigadores enfatizan el papel
especial del sueño en el aprendizaje y la memoria, mientras que otros sugieren
que el sueño regula las emociones o fortalece el sistema inmune. Algunos
científicos creen, incluso, que el sueño simplemente surge como una
consecuencia “natural” de poseer redes neuronales interconectadas. En lo que sí
parecen estar de acuerdo todos los investigadores es que dormir es una
necesidad, que se torna cada vez más apremiante cuando hay falta de sueño, y
que la privación crónica del sueño, voluntaria o patológica, puede estar
relacionada con la aparición o progresión de ciertas enfermedades.
Aunque todavía haya quien
piense que dormir es una pérdida de tiempo o que, al menos, no hay que dormir
tanto, lo cierto es que todas las investigaciones apuntan en una misma
dirección, la necesidad de dormir de forma periódica y durante períodos de
tiempo suficientemente largos, para mantener la salud física y mental. Si no se
duerme lo suficiente, se crea una especie de “deuda de sueño”, que se acumula
progresivamente llegando a producir un deterioro de la función mental.
Esta “deuda” se saldará en
cuanto se tenga la oportunidad de dormir de nuevo; el individuo dormirá mucho
más para pagar la deuda, recuperándose en primer lugar el sueño de ondas
lentas. Se han sugerido diversos mecanismos para la “señal de acumulación de
sueño”. Se cree, por ejemplo, que durante los períodos prolongados de vigilia
hay un incremento en los niveles de adenosina, y que ese incremento modula la
homeostasis del sueño. Llegados a este punto,” podríamos plantearnos la
siguiente pregunta: ¿qué cantidad de horas de sueño sería necesario dormir cada
día? Como era de esperar, no hay ningún número mágico para responder a esa
cuestión. El rango “normal” varía desde tan pocas como 6 hasta tantas como 10
horas, dependiendo de las personas. Algunos individuos “necesitan” dormir menos,
y parecen “resistir” mejor que otros la falta de sueño (se cree que la distinta
resistencia a la falta de sueño puede tener una base genética, tal y como
sugieren los estudios realizados en gemelos idénticos, cuyas respuestas en las
pruebas de privación son siempre similares).
Los estudios estadísticos muestran que dormir
entre 7 y 8 horas diarias está asociado con el riesgo más bajo de padecer
ciertas enfermedades como la obesidad, la diabetes o las enfermedades
cardíacas, mientras que dormir menos de 6 aumenta notablemente el riesgo
(algunos datos, sin embargo, también muestran un incremento del riesgo en la
gente que duerme demasiado). Sea cual sea el "n último de dormir y sus
posibles beneficios para el cuerpo y la mente, su desconocimiento no nos debe
“quitar el sueño” y privarnos de ese estado placentero en el que perdemos la
consciencia durante un tercio de nuestras vidas.” (Dávila, 2010)
La interpretación y análisis
de los sueños es una de las actividades contempladas por el psicoanálisis, una
disciplina que reconoce dos tipos de contenidos. El componente manifiesto de
cada sueño está compuesto por los acontecimientos tal como se lo describe y
percibe, mientras que el contenido latente incluye el significado auténtico del
sueño, y es el analista quien debe interpretarlo.
“Así, entre las
interpretaciones más conocidas está la que determina que cuando alguien ha
soñado con la muerte de algún ser querido lo que está dejando patente es no
sólo el que lo echa de menos sino también el que tiene mucho miedo a perderlo
pues es alguien muy importante y significativo en su vida.
De la misma manera, es
habitual que haya personas que sueñan con volar. En este caso, los
especialistas en la interpretación de esos momentos oníricos dictaminan que es
una manera de dejar patente la necesidad de libertad que tienen aquellas y que
se encuentran en una etapa de sus vidas en las que tienen deseos de afrontar
nuevos retos y de conseguir éxitos tanto en el ámbito profesional como en el
personal.
Además de ello tampoco podemos
pasar por alto el hecho de que existe un concepto muy importante relacionado
con el sueño: sonámbulo. Con él viene a definirse a aquella persona que
mientras está dormida tiene la capacidad para realizar diversas acciones fuera
de la cama y que pueden hacer parecer que está despierta. Así, un sonámbulo
puede moverse por la casa, abrir puertas e incluso andar, aunque cuando esté
despierto realmente no recordará nada de lo que hizo.” (Pérez Porto, Merino,
2010)
A lo largo de la historia
muchas personas tratan de interpretar los sueños, pero no son o no eran muy
acertados que se diga, muchos tenían tendencias hacia ciertas religiones o
pensamientos filosóficos bastante diferentes y trataban de analizar los sueños
desde su punto de vista, pero al comparar resultados eran bastante diferentes.
También han existido y
elaborados muchos libros y diccionarios acerca de este tema en el cual se
presentan unas series de objetos o cosas con las que uno puede soñar y
simplemente se busca el significado.
¿Soñar es bueno?
Por supuesto que sí, Soñar es
una especie de arte del cual todos los humanos estamos dotados. La recreación
de realidades paralelas, el repaso de experiencias que oscilan entre nuestro
pasado y nuestro futuro y la proyección de escenarios que denotan la conciencia
más allá del individuo, son solo algunas de las mieles de la práctica onírica.
Pero además existen diversos estudios que comprueban beneficios concretos del
soñar para nuestro cerebro. Múltiples habilidades cognitivas y sensoriales
pueden afinarse, o incluso generarse desde cero, a través de los sueños.Conclusión
Como
conclusión se puede afirmar que el hecho de dormir y soñar son actos para
desarrollar una buena salud y estabilidad mental. Soñar es clave, es una
función de gran importancia, ya que durante el acto de soñar realizamos una
investigación sobre nuestros deseos y necesidades, aspiraciones y temores que
están muy dentro de nosotros. Llegar a recordar lo que se ha soñado puede
ayudar a desenmascarar las emociones guardadas, los recuerdos enterrados y las
vivencias no comprendidas, por lo que soñar es altamente terapéutico. Uno de
los personajes más importantes en el entendimiento de lo que soñamos fue sin
duda Sigmund Freud. Sus descubrimientos se basaron en que al soñar se tiende a
resaltar las emociones que han quedado guardadas y enterradas en la parte
subconsciente del cerebro, y suben a la superficie consciente del mismo durante
el sueño. Nuestros sueños pueden ser tan cómo ocurrieron en la realidad vivida,
es decir sin deformación, de forma directa. O deformados de manera intencional
por nuestra psique, al no llegar a la comprensión deseada o necesitada,
aplicamos alteraciones, unos cambios y unas peculiaridades especiales para
descifrar el código del mensaje que nos lleva a una nueva dimensión de nosotros
mismos. La habilidad para cambiar el curso de los acontecimientos de un sueño
permiten al soñante comprender la naturaleza ilusoria de la realidad, la
capacidad virtual cambiante, transformadora de los acontecimientos en el sueño
y el encuentro con un descubrimiento asombroso, que es la capacidad de
transformar de la misma manera, con precisión, en los programas insertados en
la mente de desvalimiento, desvalorización personal, miedos, fobias o cualquier
otra aceptación inmovilista que pueda dañar o impedir el bienestar,
contribuyendo al logro de la paz, el conocimiento y la libertad. El sueño es un
proceso fisiológico que se da en un ámbito neurológico. Y probablemente el
mismo sueño se deba a un mecanismo del sistema nervioso central el cual influye
condiciones externas como la fatiga o la privación del sueño. No es posible
hablar de trastornos del sueño como grupo de afecciones que solo infieren en el
ciclo nocturno, ya que siempre se encontrara una causa o consecuencia de estas
patologías en otro tipo de trastornos y enfermedades y que, a su vez estén
afectando el organismo como un todo y no como de una manera separada. A partir
de las diferentes teorías sobre el sueño que van desde la programación y
almacenamiento de la memoria, hasta la respuesta inconsciente de las mismas
emociones del individuo; de igual manera pasando por la expresión de factores
psicológicos y sociales del mismo. La principal relación que se puede
establecer entre los sueños y el factor emocional es aquella que se presente
como interdependencia entre estos, pues una vez que el factor emocional está
afectado los sueños producidos durante la noche se tornan de una manera
negativa lo cual repercute como ansiedad en el individuo. De la misma manera
cuando los sueños presentan situaciones contradictorias pueden llegar a afectar
la función emocional del soñador, a tal grado producir el insomnio por el miedo
a poder concebir el sueño. Es importante destacar que cada día los individuos
esta expuestos a distintas situaciones que de alguna u otra manera tienen un
gran impacto sobre en la manera en que dormimos. La estructura del sueño
depende en gran medida del evento y de que tan predominante sea este debido al
nivel de emoción que se le impone, sobre todo el resto de las experiencias a
las cuales el ser humano está sometido día con día.
Bibliografia
BIBLIOGRAFIA
Referencias:
Pérez p, Merino M. (2010).
Definición de sueños. 01/10/2017, de DEFINICION.DE Sitio web: https://definicion.de/suenos/
Dávila C. (2010). sobre el sueño (y su necesidad). 01/10/2017, de
Facultad de Ciencias, Universidad de Málaga Sitio web:
http://www.encuentros.uma.es/encuentros131/dormir.pdf
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